La localidad burgalesa de Los Balbases, ubicada en la comarca del Arlanza, es el escenario en el que se levantan dos iglesias declaradas Bien de Interés Cultural. Están dedicadas a San Esteban y San Millán, se ubican a los lados de una carretera que divide el pueblo, de antiguo y prácticamente deshabitado caserío, en dos.
Cada iglesia tiene sus propios atractivos. Es el museo en la primera y el artesonado mudéjar que cubre el coro, en la segunda.
La iglesia de San Esteban ha estrenado recientemente una cubierta que la mantiene a salvo del agua y el polvo que amenazaba con destrozar los 1400 metros cuadrados de superficie que tiene este templo, uno de los más bellos de esta Comarca del Arlanza,
La techumbre evitará el deterioro de este templo en el que convive el estilo románico de algunas de sus columnas, con el protogótico de la portada y el gótico clásico y el florido de sus dos cruceros.
Además de la combinación de los tres estilos arquitectónicos, la iglesia de San Esteban llama la atención por su retablo mayor. Es obra de José Carcedo e incorpora pintura hispano flamenca de los últimos años del siglo XV realizadas por el Maestro de los Balbases.
Como el retablo, toda la iglesia es, en sí, un pequeño museo. Las piezas más sobresalientes las encontramos en la sacristía, una dependencia catedralicia realizada también por José Carcedo. Entre los cálices y custodias de plata y oro que se exponen aquí, llama especialmente la atención una cruz gótica decorada con varias escenas
El museo contiene también una gran riqueza de telas y ropas litúrgicas que conforman una colección de 52 piezas.
Merece la pena pararse, durante la visita al templo, ante un segundo retablo presidido por dos imágenes de excelente factual. Son las del Cristo Crucificado, de estilo gótico, y la del Cristo yacente, de la escuela castellana.
Junto a ellos, el Calvario, también gótico, con una magnifica imagen de la Dolorosa.
La iglesia de San Esteban esta a la espera de recibir nuevos fondos que permitan su limpieza integral. Pero mientras esto llega, es la propia gente del pueblo quien se preocupa en mantener en pie esta joya del patrimonio diocesano
Otra manera de echar una mano es visitar la iglesia. Tan sólo 39 kilómetros de autovia, la de Valladolid, separan Burgos capital de este pueblo donde además merece la pena contemplar la iglesia de San Millán con su recién restaurado retablo. Es de tipo hornacina y consta de predela, dos cuerpos y coronamiento, organizado en cinco calles enmarcadas, cada una, por dos grandas columnas.
Es un retablo mixto, es decir, mezcla de pintura y escultura. La estructura data del siglo XVIII y es obra de José Carcedo.
Las esculturas se enmarcan dentro de la transición del barroco al neoclasicismo a excepción de los relieves de la bancada que son del siglo XVI
De esta misma época, el siglo XVI, son también las pinturas de las tablas hispanoflamencas.
Frente al retablo mayor se encuentra elcoro bajo en cuya cubierta se halla un impresionante artesanado gótico-mudéjar de mediados del siglo XV. Su estado de conservación es sorprendente, por lo que no es difícil distinguir las escenas que presentan las tablas. Se refieren a la vida cotidiana del medievo y a aventuras campestres. Junto a ellas, decenas de escudos heráldicos que han atraído la curiosidad de estudiosos e investigadores.
Pero San Millán no es sólo lo que guarda en su interior. El templo, de estilo protogótico, es un edificio excepcional. Tiene tres naves con la cabecera modificada ya a finales del gótico. Es a los pies de la iglesia donde se percibe la transformación de una arquitectura románica que es reutilizada en el gótico, con columnas adosadas.
La portada más antigua se halla a los pies de la iglesia. Los relieves de sus arquivoltas representan curiosas escenas bíblicas sobre todo de tipo apocalíptico.